El municipio capitalino ordenó una auditoría para conocer los montos acumulados tras el cambio de la tarjeta Ciudadana por la SUBE para los viajes en el transporte urbano. Se informó que saldo que quedó a favor en la Ciudadana será restituido a los usuarios. Benjamín Nieva, secretario de Transporte y Movilidad Urbana, explicó que hará falta que los ciudadanos acerquen el plástico a la oficina de San Lorenzo 1.270, para confirmar la titularidad y transferir el dinero a la SUBE o a una cuenta CBU. El operativo será anunciado en las próximas semanas.
Al respecto, las primeras estimaciones de la auditoría dan cuenta de unos $400 millones. Sin embargo, si se descuentan los $250 millones correspondientes a montos en negativo, el balance a favor se reduce a menos de la mitad. Tras el anuncio de que se devolverán las cargas retenidas a cada usuario, según corresponda, resta definir qué pasará con los saldos en rojo.
Se trata de un asunto que no quedó claro cuando se hizo el cambio de tarjetas -la Ciudadana, que se aplicaba en la capital y también en los ómnibus interurbanos, dejó de ser operable desde el 1 de mayo-, a pesar de que las modificaciones estaban programadas desde hace mucho tiempo y seguían un cronograma preciso, según dijeron los funcionarios municipales. Pasados los primeros días del uso pleno de la SUBE, surgió el interrogante sobre los saldos remanentes y aparecieron las polémicas. El representante de los empresarios, Jorge Berretta, aclaró: “los saldos que quedaron en la tarjeta Ciudadana están en el municipio, no depende de nosotros. Jamás tuvimos ese dinero, ni manejamos los fondos, ni la tarjeta, ni el software, ni el sistema tecnológico que se utilizaba en el municipio desde hace más de 10 años”. Por su parte, el secretario de Movilidad Urbana aclaró que la cuenta que almacena los fondos no pertenece al municipio, sino a una empresa que manejaba el sistema de la tarjeta Ciudadana. De la auditoría, dijo, “resultará la cantidad de saldos positivos que hay en una determinada tarjeta y también los saldos negativos; muchos usuarios usaron el plástico para viajar sin saldo suficiente y quedaron debiéndole al sistema”. Aclaró que independientemente del resultado de ese estudio, el municipio devolverá a cada persona el monto que le corresponda según la última carga realizada.
Se ha criticado la forma en que se termina resolviendo esto, puesto que parece que se van acomodando las soluciones a medida que surgen los problemas, en vista de que se cambió la Ciudadana por la SUBE en el ámbito municipal, pero también se la cambió por la Independencia en el ámbito interurbano y mucha gente entregó su tarjeta en reemplazo. Por ello, es probable que sean necesarias nuevas respuestas para una situación compleja. Es de esperar que de la auditoria surjan datos claros para equilibrar cuentas con los usuarios. Estos nuevamente se ven obligados a ir a hacer colas a un solo lugar para recoger sus saldos, en vez de pasar los datos de una tarjeta a otra, por ejemplo, en el quiosco donde hace habitualmente su recarga.